Los grandes almacenes Harrods siempre ha sido una de las visitas obligadas para todos aquellos que visitan Londres. Pero, su zona de alimentación es uno de los imprescindibles del lugar. La forma en la que están expuestos los productos invita a la compra. Ya sean los productos frescos, la pastelería o la tienda de tés. Pero, sin duda, la mayor tentación se encuentra en el Chocolate Hall. Un enorme espacio que alberga los mejores chocolates del mundo, bellamente empaquetados.
Al entrar allí uno siente una sobrecarga sensorial en la que la vista, el olfato y, sobre todo el gusto, se ponen en alerta. Cajas de colores, envoltorios brillantes y por supuesto, chocolate por doquier, hacen de este espacio, el lugar ideal para los amantes del chocolate.
En el Chocolate Hall de Harrods encontrará los mejores chocolates belgas, las mejores tabletas de chocolate, delicias turcas, dulces de azúcar, frutas y nueces bañadas en chocolate, chocolates veganos y todo lo que uno podría imaginar en cuestión de este alimento a base de cacao. Incluido el Chocolate To’ak de Ecuador. El considerado chocolate más caro del mundo por la exclusividad de su elaboración, que solo puede adquirirse en Harrods en todo el Reino Unido.
Además, el Chocolate Hall de Harrods es el primer lugar fuera de Francia en vender los bombones de culto de Le Bonheur o en apostar por productores británicos de pequeños lotes como Pump Street Chocolate de Suffolk, Gold Bars o incluso la propia marca de Harrods.
Junto a todas estas delicias, expuestas como si de una joyería o de un salón de belleza se tratara, se encuentra La Chocolaterie. Una cocina abierta en el mismo espacio de venta, donde 22 chefs pasteleros elaboran en vivo y en directo las exquisiteces que allí se venden sobre un mostrador de metal reluciente.
Un paseo por el Chocolate Hall de Harrods antes de Navidad es imprescindible. Primero porque no hay duda que alguna tentación caerá en la cesta para acompañar a las comidas de estas fiestas. Y segundo porque no hay mejor regalo que chocolate para decir ‘te quiero’ con fresas bañadas con chocolate, para decir ‘te necesito’ con una deliciosa tableta de chocolate o para decir ‘gracias’ con una caja de bombones a cualquiera de sus seres queridos.
Un espacio que, además de ser una tentación en sí misma, es una delicia para la vista. Su remodelación hace un par de año de la mano de David Collins Studio, ha convertido el Chocolate Hall en un espacio contemporáneo y moderno, en el que las reminiscencias del pasado y la historia del local están muy presentes.
Una exquisitez de tienda que es la excusa perfecta para acercarse a Harrods esta Navidad. Para encontrar el chocolate perfecto o para comer alguna de las pequeñas delicias que le darán a probar. Difícil no caer en la tentación. Difícil no salir de allí sin algún pedacito de chocolate, algún bombón o alguna nuez bañada de chocolate blanco.
© Imágenes Harrods
MARTA PARAREDA
"Periodista, especializada en Comunicación de Moda. Tras pasar por varios medios de comunicación desembarqué en el sector del lujo y rápidamente me cautivó. Mi mayor logro sería que los lectores disfrutaran tanto leyendo como yo lo hago escribiendo"