Cuando una marca se ha mantenido durante siglos en lo más alto de su sector, es porque algo ha hecho bien. Una combinación de tradición con innovación es clave para seguir permaneciendo fiel a sus seguidores y avanzar hacia nuevos públicos que le hagan perdurar en el tiempo Eso sí, sin perder su esencia, ni su exquisito savoir faire. Ni su artesanía, ni su razón de ser.
Tal es el caso de la firma de calzado Church’s. Una marca nacida ‘made in England’ que resume la esencia y la elegancia del gentleman inglés en un par de zapatos.
Sus exquisitos zapatos están elaborados artesanalmente con piel de la mejor calidad. Cada uno de sus pares requiere muchas horas de trabajo. Cerca de ocho semanas de fabricación, que incluyen aproximadamente unas 250 operaciones distintas para conseguir unos zapatos únicos, que son puramente artesanales.
Su historia se remonta a 1873 en la zona de Northampton. Una ciudad conocida por su próspera industria del cuero y el calzado en Cromwell. Allí, el joven Thomas Church y su esposa, tercera generación de fabricantes de calzado, abrieron una pequeña fábrica en el 30 Maple Street de la ciudad que, con el paso del tiempo y gracias a su dedicación artesanal, fue adquiriendo nombre y prestigio.
La exquisita elaboración de Church’s estuvo acompañada siempre de innovación, ya que en 1880, en una audaz ruptura de las tendencias del calzado del época, introdujeron el concepto revolucionario de derecho e izquierdo en el calzado, que hasta la fecha no existía. Así como una gran variedad de anchos, materiales y medidas intermedias, que facilitaban que cualquier zapato se adaptara perfectamente a los pies de su usuario
Una combinación artesanía-innovación que se ha mantenido a lo largo de toda la historia de Church’s, que hizo que en los años 20 abrieran su primera tienda en Londres y ocho años después, en Nueva York. Años de auge y apogeo que se tradujeron en aperturas en las ciudades más cosmopolitas del planeta. Finalmente, en 1999, Church’s fue adquirida por el Grupo Prada, gran amante de todo aquello relacionado con el arte y lo artesanal. Le dio un nuevo aire y reflotó una firma que, sin embargo, nunca perdió a sus clientes más fieles.
Aunque cuenta de sección femenina, sus zapatos de mujer desde la década de los años 20, no dejan de ser versiones de sus icónicos zapatos masculinos. Unos zapatos entre los que destacan los Oxfords. Pero en los que también tienen cabida los Derby, los Monk Strap, las botas Chelsea o las Desert Boots. Su estilo es tan manifiesto, que en su página web puede encontrar una guía de estilo que le indica qué zapato utilizar para cada ocasión. Porque en cuestión de calzado no todo vale, si quiere ser un auténtico gentleman inglés.
© Imágenes Church’s
