Nos espera una Navidad incierta. No sabemos si podremos reunirnos con la familia. Desconocemos si estaremos totalmente confinados o tendremos un respiro para acercarnos a nuestros seres queridos. Si debemos adelantar la compra de regalos ante la posibilidad de un cierre total. O podremos esperar al posible cambio de opinión sobre el juguete preferido de nuestros hijos.
Sea como sea, en solitario, en pareja, con un mínimo de representación familiar o con todos los miembros al completo, lo que es seguro que no faltará en nuestra mesa es un buen champagne. Y puestos a elegir, ¿por qué no uno de los más lujosos del mundo? El último miembro de la casa de champagne francés Louis Roederer: Cristal Vinothèque 1999.
Se trata de la versión más reciente de los vinos espumosos de la serie Vinothèque. Botellas de la prestigiosa cuvée Cristal de Louis Roederer que se conservan durante un mínimo de 20 años de crianza en bodega antes de salir al mercado.
Pero, ¿por qué son tan especiales? Tan solo 600 botellas de Cristal Vinothèque 1999 Blanc y alguna menos para el Rosé fueron envejecidas en rima durante unos diez años. Tras un delicado degüelle y un dosaje más bajo de lo habitual, fueron guardadas con corcho en la bodega de Louis Roederer en Reims durante diez años más. Ahora ya está a punto para que sus afortunados compradores puedan deleitarse con su sabor único y entiendan el porqué de su merecida fama.
Cristal Vinothèque 1999 es vino espumoso de Champagne incisivo, seductor y delicioso. Creado a partir de una selección de Pinot Noir y Chardonnay, su sabor y apariencia es similar a la del Cristal. Aunque con matices más complejos y sabores evolucionados. Perfecto para acompañar a un plato de marisco o un buen guiso.
Cristal Vinothèque 1999 pertenece a una de las últimas casas de champagne que sigue siendo familiar e independiente. Considerado uno de los champagne más lujosos del mundo, Louis Roederer lleva más de dos siglos elaborando este caldo que cautivó al mismísimo zar Alejandro II de Rusia. Su admiración fue tal que mandó crear para él un cuvée especial al que Louis Roederer llamó Cristal. Desde entonces, esta variedad luce orgullosa los blasones del zar.
La historia de esta prestigiosa firma se inicia en 1833 cuando Louis Roederer, heredero de la Casa de Champagne, toma la visionaria decisión de ampliar su viñedo para controlar todas las etapas de la elaboración del vino. Mientras los demás compran uvas, Roederer cuida de sus propios viñedos. Conoce las peculiaridades de cada una de sus parcelas. Y utiliza las que se ajustan mejor a sus creaciones. Una tradición que perdura actualmente. Y eso, junto con la consideración de que el tiempo es uno de los mejores lujos que un buen vino puede tener, hacen de sus caldos unos de los más exclusivos del mundo.
Ante una Navidad tan atípica como la que nos espera, ¿por qué no darnos un capricho de la altura del champagne Louis Roederer Cristal Vinothèque 1999?
© Imágenes Louis Roederer
