Las firmas de lujo con más solera tienen tras de sí un extenso heritage que las ha ayudado a mantenerse como referente a lo largo de los años. En el caso de las firmas británicas, generalmente muy relacionado con la corona y con el uso de sus productos por parte de algún miembro real.
Tal es el caso de los perfumes Clive Christian. El diseñador inglés adquirió en 1999 la firma The Crown Perfumery, establecida en Londres desde 1872. Una casa con una historia curiosa, que ha llegado a nuestros días como una de las firmas de perfumería más exclusivas del mercado.
The Crown Perfumery fue fundada por William Sparks Thomson, uno de los corseteros más prestigiosos de la capital inglesa. ¿Cómo pasó de fabricar corsés a elaborar perfumes? Todo surgió de una necesidad. Las damas de la sociedad victoriana solían sufrir desmayos por lo apretado que llevaban sus corsés. Para remediarlo, usaban sales de amoniaco que las hacía volver en sí, pero tenía el inconveniente que olían muy mal. Fue entonces cuando William Sparks, en principio, el creador del problema con sus corsés, decidió elaborar sales con aromas revitalizantes de agradable olor. Su idea fue un éxito al instante.
Tanto es así, que la propia Reina Victoria se volvió una asidua de sus fragancias. Hasta el punto que permitió que la firma usara su nombre y su corona como símbolo de calidad y excelencia.
Más de 150 años después, los frascos de The Crown Perfumería, convertida ahora en Clive Christian, siguen llevando la corona de la Reina Victoria como tapón. Un símbolo que embellece y distingue sus frascos, de líneas simples, rematados por la opulencia de una ornamentada corona.
Pero más allá de la icónica imagen de los perfumes Clive Christian, sus perfumes son especiales y únicos. Cada fragancia lleva una inclusión de aceite perfumado del 20% o más, para garantizar una impresión duradera. Y su mezcla también conlleva una complejidad única en el mundo de la perfumería, dado que en cada perfume de Clive Christian se pueden encontrar entre 120 y 300 ingredientes diferentes.
Unos perfumes artesanales que utilizan los mejores ingredientes, ya sea sándalo indio envejecido de 50 años, rosas de damasco o azafrán raro, combinado con la última tecnología innovadora en perfumes. Porque Clive Christian ha sabido unir el legado opulento de la compañía con la familia real británica, con una visión de futuro que hace atemporales sus productos.
Entre sus icónicos perfumes se encuentra la fragancia 1872 Femenino, perteneciente a su Original Collection, con bergamota, pachulí y rosa de mayo. Su versión masculina, con etitgrain, madera de cedro y salvia. O los que están considerados sus obras maestras. El Nº 1 Femenino, con pimiento, vainilla de Madagascar y ylang-ylang. Y el Nº 1 Masculino, con aromas de nuez moscada, sándalo y tonka.
©Imágenes Clive Christian
MARTA PARAREDA
"Periodista, especializada en Comunicación de Moda. Tras pasar por varios medios de comunicación desembarqué en el sector del lujo y rápidamente me cautivó. Mi mayor logro sería que los lectores disfrutaran tanto leyendo como yo lo hago escribiendo"