Hay lugares que te transportan a otra época. Su decoración, el ambiente que allí se respira, incluso el servicio que se ofrece, crean una atmósfera tal, que es difícil no imaginarse rodeado de personajes históricos, adentrarse en aventuras épicas o saborear ese halo de sofisticación que ese entorno desprende.
Tal es el caso de Le Train Bleu, el restaurante centenario de la Gare de Lyon de París. Un lugar en el que, al poner un pie en él, creerá adentrarse en la Belle Epoque. A punto de embarcarse en un lujoso viaje en tren, de aquellos que ahora solo quedan en las películas.
Le Train Bleu no es solo un establecimiento precioso y lujoso. Es un exquisito restaurante, repleto de clientes asiduos, viajeros en tránsito y turistas curiosos. Con el chef Michel Rostang a la cabeza, ofrece una gastronomía generosa y regional, elaborada con productos de temporada. Una cocina que combina los platos más emblemáticos de este chef, con las recetas más tradicionales del establecimiento.
Aquí, el auténtico dauphinois gratinado, sin queso ni huevo, de Rostang comparte mesa con la famosa pierna de cordero de Le Train Bleu. El Ave de Bresse con crema de fresa de estragón y arroz basmati a la plancha se codea con el icónico ron baba o con el tartar preparado en la propia mesa.
Porque otro de las maravilla de este lugar es el servicio de mesa. Todo un espectáculo en sí, con flambeados y cortes extraordinarios, realizados por un equipo de apasionados camareros.
La decoración es digna del Palacio de Versalles. Con cuadros, frescos en techos y paredes, candelabros, adornos dorados, asientos de cuero y mobiliario de la mejor carpintería, que le harán olvidar el bullicio reinante en el exterior.
Junto al restaurante Le train Bleu, con dos grandes salas, el salón dorado, el salón tunecino y argelino y sus pasillos catalogados desde 1972 como Monumento Histórico, se encuentra una zona de bar, compuesta por pequeños salones que también destacan por su decoración lujosa.
Es un restaurante en una estación de tren, por tanto, es imperativo que, además de una carta selecta para degustar con calma, ofrezca un menú para viajeros que, aseguran, sirven en un tiempo máximo de 45 minutos. ¡No sea que pueda perder el tren!
Sin duda, un lugar histórico e impresionante que no se debe perder si vista París. Fue creado con motivo de la Gran Exposición Universal de París de principios del siglo XX. La idea era inaugurar un lugar en el que ofrecer a los visitantes de tal efeméride una parada gourmet a la altura de los acontecimientos. En 1963, lo que fue conocido como el buffet de la estación pasó a convertirse en Le Train Bleu, en homenaje a la línea “París-Vintimille”, que circulaba desde la capital hacia los pueblos de la Costa Azul, a lo largo del Mediterráneo. Desde entonces se ha convertido en un referente gastronómico de la capital. Visita obligada por los viajeros que llegan a la ciudad por la Gare de Lyon y por los curiosos que quieren admirar esta maravilla o degustar su exquisita comida.
© Imágenes Le Train Bleu
MARTA PARAREDA
"Periodista, especializada en Comunicación de Moda. Tras pasar por varios medios de comunicación desembarqué en el sector del lujo y rápidamente me cautivó. Mi mayor logro sería que los lectores disfrutaran tanto leyendo como yo lo hago escribiendo"