El Covid-19 nos ha trastocado la vida a todos. Hemos tenido unas vacaciones atípicas. Algunos todavía no sabemos si preferimos trabajar en la oficina o en casa. La vuelta al cole ha provocado más de un quebradero de cabeza a los padres. Y la solución al problema no parece cercana.
Sin embargo, la pandemia nos ha enseñado muchas cosas. Hemos aprendido a valorar a la familia y a los amigos. Hemos descubierto que la soledad, a veces bien gestionada, no es mala. Que tener tiempo libre te permite ser más creativo. Que nuestra casa es nuestro mejor refugio. Y que solo con la responsabilidad individual conseguiremos erradicar el problema.
Pero, más allá de nuestra propia introspección, el Covid-19 ha servido para que muchas marcas descubran el potencial de la tecnología aplicada a sus negocios. Lo que antes era una curiosidad, un reclamo para atraer la atención de los clientes… se ha convertido en una necesidad.
Hace tiempo que existen los probadores virtuales, pero su uso era puramente anecdótico. Ahora, su utilización se impone necesaria para evitar tocar objetos que antes han sido tocados por otros. Es la mejor solución a corto plazo para evitar contagios. Y marcas de lujo de diferentes sectores han empezado a emplearlos de forma habitual.
Uno de los sectores donde la digitalización es más complicada de trabajar, es en el mundo de las fragancias. ¿Cómo podemos saber a qué huele un perfume? ¿Nos gustará?. Difícil saberlo solo con el packaging. Sin embargo, hace unos días el conglomerado de lujo Puig presentó una nueva tecnología que puede ayudarnos a elegir nuestra nueva fragancia.
Se trata de AI.Lice. Una nueva tecnología que permite conocer cómo huele un perfume sin tener que probarlo. Simplemente nos facilita la información más relevante sobre la materia prima que lo compone y ello nos permite hacernos una idea de su olor. Al llegar a la perfumería, el cliente tan solo debe escanear un código QR y enfocar con su smartphone el frasco que quiere probar. AI.Lice analiza la información y le presenta la familia olfativa y los ingredientes dominantes del perfume, así como los productos disponibles en la perfumería que coinciden con sus preferencias.
Al igual que con las fragancias, es difícil saber si un maquillaje nos favorece sin probarlo. Por ello, en la tienda online de algunas marcas de belleza es posible jugar con los diferentes productos sin ni siquiera mancharnos con los probadores virtuales.
Tal es el caso de la firma de lujo francesa Lancôme. A través de la cámara de nuestro smartphone, tablet u ordenador o subiendo una foto nuestra, podemos ver cómo nos quedará el tono de un maquillaje, el color del pintalabios o el efecto de la máscara de pestañas. Permitiendo, además, ver el efecto en pantalla partida de nuestro rostro, antes y después del maquillaje; comprobar cómo nos sientan hasta cuatro tonos diferentes y poder elegir el que mejor nos luce, o inmortalizar el resultado con una fotografía y compartirla.
Del mismo modo, también podemos probarnos gafas sin salir de casa. Chanel ha implementado probadores virtuales en su web. Graduadas o de sol, el farragoso trabajo de probarnos una y otra gafa hasta encontrar la que mejor nos queda, ahora es posible desde el salón de casa. Con montura de ojo de gato, cuadradas o redondas, de pasta o metálicas podemos elegir entre todas las colecciones de la firma francesa. Solo es necesario conectar la cámara de nuestro smartphone y nuestro rostro aparecerá con la opción seleccionada.
© Imágenes Chanel, Puig, Lancôme