Buscar una cosa y encontrarse con otra, a veces es tan inesperado, como un grato acierto. Eso es lo que les pasó a los ingleses Howell James y Vanessa Branson. Él, ex secretario de la Oficina de Gabinete y con cargos en la BBC y Christie’s. Ella, coleccionista de arte, galerista y mecenas. Juntos decidieron buscar una casa de vacaciones en Marrakech. Se enamoraron de un riad abandonado que decidieron comprar. La sorpresa llegó al firmar la escritura. No se trataba de un solo edificio, sino de varias propiedades. Fue entonces cuando hicieron un acto de fe y decidieron abrir una pequeña casa de huéspedes. El resultado, El Fenn. Un precioso hotel boutique que honra la artesanía de Marrakech.
Lo que empezó siendo un pequeño alojamiento de seis habitaciones se ha convertido en un hotel boutique de 41 habitaciones y suites, ya que con los años El Fenn se ha ido expandiendo hacia riads vecinos, hasta alcanzar los 2.700 metros cuadrados.
Pero sin duda, lo que hace a El Fenn un lugar tan especial es el dramatismo y la abundancia decorativa, que le ha valido la reputación de ser uno de los hoteles más bellos de Marrakech. No hay dos habitaciones iguales. Cada una es de un llamativo color. Algunas con suelos de piel de camello cosido a mano, otras con paredes de yeso de cal mezclado a mano. Pero todas, con una clara referencia a la artesanía local, con yeserías talladas a mano, techos de madera de cedro o ricas telas marroquís.
A ello hay que sumar el arte y la cultura como hilo clave en la estructura de la vida en El Fenn. Vanessa Branson trajo piezas de su propia colección de arte privada para colgar en el hotel al abrir sus puertas en 2004. Unas obras a las que se han ido uniendo otras de artistas contemporáneos, junto con fotografías, pinturas y esculturas que forman parte de exposiciones itinerantes que realizan en el establecimiento varias veces al año.
Más allá de su increíble y atractiva belleza, en El Fenn encontrará todo lo que necesita para disfruta de Marrakech. El establecimiento cuenta con tres piscinas donde relajarse, una terraza en la azotea de 1.300 metros cuadrados donde socializar, un spa, dos bares de cócteles y dos restaurantes.
El Fenn se encuentra además a poca distancia de la mayoría de lugares de interés de la ciudad. Pero, ante cualquier duda, su conserje está tan informado de las novedades de Marrakech que le ayudará en lo que necesite.
Déjese seducir por esta mágica ciudad, pasee por sus callejuelas y mercados y goce de su exquisita comida. A la vuelta al hotel, disfrute de su embriagador ambiente, su exquisita decoración y siéntase como en casa, aunque esté lejos de su hogar. No olvide hacer muchas fotos, cada uno de los rincones de El Fenn se merece una instantánea. Sus patios, sus suites, sus baños, su spa….Un fiel reflejo de la riqueza artesana de Marrakech.
© Imágenes El Fenn
MARTA PARAREDA
"Periodista, especializada en Comunicación de Moda. Tras pasar por varios medios de comunicación desembarqué en el sector del lujo y rápidamente me cautivó. Mi mayor logro sería que los lectores disfrutaran tanto leyendo como yo lo hago escribiendo"