En 1963, tres creativos del mundo de las bellas artes y de la decoración, decidieron crear unas velas artesanas de colores perfumadas. Eran los fundadores de Diptyque París. Los aromas elegidos fueron té, espino y canela. Tres velas perfumadas que fueron el comienzo de un amplio repertorio de más de 50 aromas. Todas ellas rindiendo homenaje a la naturaleza, a través de su exquisita materia prima.
Ahora, sesenta años después, la firma parisina de velas artesanas de lujo Diptyque escribe un nuevo capítulo. Con su primera colección de velas recargables, Les Mondes de Diptyque. Una colección formada por cinco fragancias que nos transportan a lugares secretos y desconocidos, uniendo naturaleza con cultura. Un templo japonés zen cercano a Kioto, los jardines de la Villa Borromeo Visconti de Milán, la ciudad china de Jingdezhen, la selva mejicana o Mesa Verde en Colorado.
Cada vela de Les Mondes de Diptyque se presenta en un monolito de vidrio ovalado de diferentes colores, según sea su aroma. Una forma inspirada en la etiqueta emblemática de la firma, surgida del escudo alargado de un soldado de la Guardia Pretoriana romana, que adornaba uno de los primeros diseños de telas de firma Diptyque París, en sus inicios comerciales. El envase es creación de la artista Cristina Celestino. Un envase que ahora podrá reutilizar tantas veces quiera, ya que es recargable.
En su interior, exquisitas velas artesanas, como el resto de las creaciones de Diptyque París. Unas velas, cuyas materias primas han sido seleccionadas con sumo cuidado. Dado que cada concentrado de fragancia reacciona al calor de forma diferente, se tiene un cuidado meticuloso para lograr el equilibrio adecuado entre el concentrado, la cera y la mecha, consiguiendo que la difusión del perfume sea perfecta.
Cada una de las velas de la colección Les Mondes de Diptyque cuenta con un aroma diferente, a cuál más seductor. Temples des Mousses, que nos traslada a un templo japonés zen cercano a Kioto, huele a musgo, a corteza y a líquen, mezclados con notas aterciopeladas de matcha. Nymphées Merveilles es un paseo por los jardines de una villa de Milán, con aroma de naranjos floridos y de otros cítricos de Italia, combinados con la flor del iris. Mientras que La Vallée du Temps rememora la tradición china del servicio del té con porcelana blanca, con una vela aromática que huele a té blanco, a mate y a jazmín.
Las otras velas de la colección también tienen olores muy especiales. La Forêt Rêve, con esencia de ylang-ylang, vainilla y jazmín te trasladará a un antiguo jardín de orquídeas en pleno corazón de la selva mejicana. Mientras que Terres Blondes lo hará a las altas mesetas desérticas de Colorando, con su aroma a salvado de trigo, esencia de cedro rojo, y tierra quemada.
Deliciosos aromas que se desprenden progresivamente al encender la vela, alcanzando su punto óptimo al cabo de unos 20 minutos. Unas velas, con una duración de alrededor de unas 60 horas, que ahora pueden ser eternas. Basta con cambiar la vela de su interior y seguir disfrutando de ellas.
© Imágenes Diptyque París
MARTA PARAREDA
"Periodista, especializada en Comunicación de Moda. Tras pasar por varios medios de comunicación desembarqué en el sector del lujo y rápidamente me cautivó. Mi mayor logro sería que los lectores disfrutaran tanto leyendo como yo lo hago escribiendo"