Una bonita puesta de sol, en un entorno idílico, con la mejor compañía y un exquisito sorbo son los ingredientes principales para celebrar el verano, para celebrar la vida. Una estampa que cada verano se repite en infinidad de rincones del mundo. Básicamente porque apetece.
Entonces, ¿por qué no brindar por ello con uno de los champanes más prestigiosos y exquisitos del planeta? ¿Por qué no hacerlo con alguno de los caldos de Perrier-Jouët? Con más de dos siglos de historia a sus espaldas, sus champanes se distinguen por una importante proporción de Chardonnay, procedente de las mejores laderas de la Côte des Blanc.
Su historia está ligada al Art Nouveau de la Belle Époque. No solo por el nombre de algunos de sus cuvée sino por el frasco que los atesora. Una delicada botella creada por el maestro vidriero Émilie Gallé en 1902, esmaltada con anémonas en arabesco, que es una auténtica maravilla.
Este año ha presentado su añada 2013. Un año en el que el patrón de las estaciones se vio afectado por un invierno frío y una primavera fresca y húmeda, que hicieron que las flores florecieran dos semanas antes de lo habitual. Sin embargo, un verano seco y soleado propiciaron una vendimia favorable que permitieron la creación de caldos con un buen equilibrio entre alcohol y acidez, de los que nacieron Perrier–Jouët Belle Époque y Belle Époque Rosé 2013.
El primero, Perrier-Jouët Belle Époque 2013 es un champagne seductor y armoniosos, de color dorado pálido, con sutiles destellos de verde manzana. En él se han combinado dos variedades de uvas en proporciones prácticamente iguales. Por un lado, las famosas uvas de Chardonnay de Pierrier-Jouët, y por otro, uvas Pinot Noir. El resultado, un champagne fresco y fino con aromas de frutas blancas y flores.
Por su parte, el Perrier-Jouët belle Époque Rosé 2013 desprende aromas de flores frescas. Sobre todo, rosas, violetas y peonías, unidas a pequeños frutos rojos. Es un champán de color rosa pálido con destellos cobrizos, extravagante y voluptuoso, vivo y fresco en boca, con un final encantador y persistente.
La joya de la colección es Perrier-Jouët Belle Blanc de Blancs 2012, un champán que rinde homenaje a la frescura del Chardonnay, elabora 100% con esta uva. Su añada del 2012 obtuvo unas condiciones excelentes para producir el equilibrio ideal entre azúcar y acidez, dando como resultado un vino armonioso, con gran energía y mucho carácter.
Con cualquiera de los tres, brindar por el verano será especial. Y más si se hace frente a una bonita puesta de sol, con la mejor compañía y, por supuesto, con los sorbos exquisitos de un Perrier-Jouët.
© Imágenes Perrier-Joüet
MARTA PARAREDA
"Periodista, especializada en Comunicación de Moda. Tras pasar por varios medios de comunicación desembarqué en el sector del lujo y rápidamente me cautivó. Mi mayor logro sería que los lectores disfrutaran tanto leyendo como yo lo hago escribiendo"