La denominada Mona de Pascua proviene del término árabe “munna”. que significa provisión de comida. Su origen está ligado al cristianismo y se asocia al final de la cuaresma cuando terminaba el período de ayuno. Era entonces cuando el padrino de bautizo o el abuelo regalaban a los niños un dulce en el que había huevos duros. Tantos, como años tenía el niño. Se entregaba el Domingo de Pascua, para ser consumida por toda la familia al día siguiente.
Con el paso de los años, coincidiendo con la entrada del chocolate en Europa y la creación de los tradicionales huevos de Pascua a finales del siglo XIX, las monas cambiaron los huevos duros, por huevos de chocolate. Sobre todo en Catalunya, donde esta tradición sigue muy viva. Los huevos de pascua evolucionaron hacia figuras de chocolate más elaboradas, hasta llegar al summum de la creatividad con Monas de Pascua que son auténticas obras de arte.
Como ejemplo la nueva colección del mejor chocolatero del mundo, LLuc Crusellas. El maestro chocolatero ha creado siete monas de chocolate que, además de estar deliciosas, tienen una elaboración muy innovadora. Para su creación se utilizan patrones en lugar de moldes, para crear figuras tridimensionales que son una auténtica maravilla.
Los protagonistas son un pato, un cerdo, una jirafa, un conejo, una ardilla, una rana y un león. Todas ellas elaboradas con chocolate blanco, chocolate con leche o chocolate negro, recubierto de vibrantes colores para llamar la atención de los más pequeños.
Cuatro de los animales, el cerdo, el león, la rana y la jirafa, se han creado siguiendo una técnica de patronaje que usa plantillas para crear diferentes capas hasta moldear al personaje. Esta idea surgió de la visita de LLuc Crusellas al tradicional Curso de Pascua de la EPGB (Escuela de Pastelería del Gremio de Barcelona), donde asistió como ponente. Quería llevar algo especial, nunca visto, pero que además fuera aparentemente sencillo y funcional. A partir de círculos de chocolate troquelados con aros de pastelería de diferentes tamaños creó la figura del cerdo, colocando las diferentes capas, una frente a la otra, con una pequeña separación entre ellas, para crear la cara del animal.
El resto de figuras fue tan solo una evolución de la primera, utilizando tan solo elementos que cualquier pastelero puede tener en su obrador.
Las otras figuras que conforman esta colección de Monas de Pascua de Lluc Crusellas la forman tres figuras de otros tres animales en 3D, creadas en colaboración con el estudio de diseño Makeat. Un conejo, una ardilla y un pato surgidos de las tradicionales rajoles (baldosas) de la pastelería Eukarya de Crusellas. Unas piezas con formas geométricas de triángulos puntiagudos que, colocadas estratégicamente, crean la forma del animal deseado.
Sin duda, unas originales Monas de Pascua que se salen de lo tradicional, pero sin dejar su esencia de ser. Su forma no puede ser más creativa y, viniendo de la mano del mejor chocolatero del mundo, seguro que además están deliciosas. El problema será decidirse. Hacer desaparecer esta obra de arte, comiéndosela, o respetarla y perderse su exquisito sabor. Si le pregunta a su ahijado, la respuesta está clara.
© Imágenes Lluc Crusellas
MARTA PARAREDA
"Periodista, especializada en Comunicación de Moda. Tras pasar por varios medios de comunicación desembarqué en el sector del lujo y rápidamente me cautivó. Mi mayor logro sería que los lectores disfrutaran tanto leyendo como yo lo hago escribiendo"